Curiosidades de Paine 1: Las localidades
Por razones de trabajo voluntario, hace varios años me correspondió recorrer la comuna de Paine y todas sus localidades. Conocí su gente, usos y costumbres, cosas y lugares que me dejaron admirado por la idiosincrasia de su pueblo, la gran extensión en territorio y las localidades que funcionan como pequeñas villas con vida propia: parroquia o capilla, colegio, Juntas de Vecinos, Centros de Madres, Club deportivo, biblioteca, Consultorio médico y una serie de organizaciones sociales
Los antiguos Fundos y Haciendas de Paine han dado nombre a sus Localidades: Fundo Mansel, Abrantes, Hacienda Aculeo, Hacienda Chada, Culitrín, Hacienda Lo Aguila, Hacienda de Hospital, San Miguel, Santa Ana y Santa Rosa, El Tránsito, La Aparición, entre otros, eran los nombres que se conservan actualmente. Estos fundos en su mayoría dieron origen a las localidades que existen hoy y todos fueron expropiados durante la Reforma Agraria implementada en nuestro país durante los años 1960 - 1970, también fueron quedando pequeñas parcelas urbanizadas donadas o vendidas como centros urbanos de cada lugar. Las escuelas eran implementadas por los propietarios de los fundos para educar a los hijos de sus empleados, la capilla era también parte de esta formación debido a la profunda fe católica de los "patrones" y su gente, el almacén de abarrotes, la botica (farmacia) y alguna mercería (ferretería) eran lugares facilitados por los patrones para que funcionase algún comerciante particular que se instalaba en estas pequeñas localidades. Hubo algunos centros médicos apoyados por un "practicante" o dama de buena voluntad y con cierta preparación que se encargaba de atender a los pacientes del sector, fueran o no empleados del fundo.
Las capillas o parroquias siempre fueron el centro de toda la vida social de cada lugar y en ellas quedó estampado todo lo acontecido con cada familia de esos años. En la localidad de Champa se encontraba la única oficina de Registro Civil y en Hospital estuvo la Casa de Socorro que era un Consultorio público de buena calidad, pero retirado para los habitantes de tan vasto sector.
Las estaciones de ferrocarril fueron el centro de comunicaciones, comercial y social de la Comuna y por ahí circulaban los productos agrícolas y animales que son los que dan el sustento para vivir hasta hoy. En la estación de Paine se encuentra el ramal que va a San Antonio y por donde se envían productos hacia el puerto, también hubo una gran Feria de Animales que dio vida al sector centro painino.
Desde el sector de la Laguna de Aculeo hacia el oriente hay unas montañas muy hermosas que forman parte de un cordón de cerros de gran altura que se extiende desde cordillera de la costa a Los Andes denominado Altos de Cantillana, con hermosos bosques nativos y quebradas enormes donde "salía el león" (Puma Chileno) que en épocas de hambruna bajaba para cazar animales domésticos. Este cordón montañoso es cortado abruptamente por el río en Angostura y que es el lugar por donde siempre ha pasado el camino y la línea del tren que va hacia el Sur.
Las sandías de Paine son de excelente sabor, color y aroma ya que la tierra, el clima de la zona central y los valles de esta comuna entregan una verdadera oportunidad para las chacras, parcelas y fundos donde se producen este y otros frutos, hortalizas y vides. De antiguos años se conserva la tradición de sembrar sandías como fruto característico de Paine.
No podemos dejar de mencionar la localidades de Huelquén, El Escorial, Ranque, Pintué, Cardonal, El Vínculo, Peralillo y tantos otros que olvido en este momento. Todos esos lugares tienen por muchos años un Club Deportivo como el gran Caupolicán en Huelquén que ha dado muestras de bravura y tradición deportiva a sus habitantes. En Paine el Tricolor y el Ferroviario, en Champa los Challay Boys que deben su nombre a un cerro imponente, puntiagudo y característico de la comuna.
Estos son mis recuerdos de los Paininos. Comenzaré a escribir algunas pequeñas anécdotas sobre esta comuna y algunos personajes desde la perspectiva de Malagente. Estos lugares y su gente me dieron la bienvenida hace tantos años, allá aprendí a conocer otras realidades, a valorar las labores agrícolas, la lluvia que "es oro que cae del cielo", comprendí que el trabajo y la remuneración de un campesino son sagrados y que los agricultores dan vida a través de la tierra. Supe dar la mano sin importar la mugre que hay en el otro, porque "la suciedad del trabajo no ensucia". Allí hice excelentes amigos, conocí personajes y lugares hermosos, como son todos los rincones de Chile.
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