Cuarentena en el campo
A los pocos días de llegado el CoronaVirus a Chile, agarré mi mochila y me fui a la casa del campo. Pensé las cosas y si voy a estar encerrado, al menos voy a tener jardines y espacios abiertos, algo que en Santiago es difícil de conseguir. Estoy con mis padres en el campo, me he encargado de hablar más con ellos y peleamos harto también. Tienen costumbres que me descolocan, pero le hago empeño. Mi papá se pone más odioso, no se quiere bañar o exige comer cosas que tiene prohibidas y mi mamá lo está tratando como a un bebé. Es gracioso ver estas escenas en dos adultos mayores. Me he puesto a hacer jardines, también elimino las malezas y ramas de árboles, hago limpieza de macetas y las estoy recolectando para plantar cosas en un mes más. El perro es pequeño, se llama Pillín y lo encuentro muy amariconado, prefiero los perros grandes y bravos; le ponen pijama, le dan cena y lo acuestan cada noche cubierto con una frazada. Mis padres deben comer con poca sal y poca azúcar, así...