Hijos de la democracia: Giuseppe disparó, Ezequiel y Diego fueron sus víctimas
Giuseppe Briganti Weber (22 años) fue el autor de los disparos que ayer jueves, en la protesta por la educación chilena, terminaron con la vida de Ezequiel Borbarán (18) y Diego Guzmán (25) en el puerto de Valparaíso.
He denominado como "hijos de la democracia" a las nuevas generaciones de personas que nacen en Chile. Mucho Ni-Ni, mucho Yo-Yo, mucho Ni-Ahí, mucho "tengo derecho" y tanto muchacho que no sabe para dónde va, pero se sube a un viaje que no conoce. Hace algunos años vimos cómo una niña de 14 años, criada en democracia, vació un jarrón de agua sobre la cabeza de la Ministra de Educación y de inmediato vino a mi mente la pregunta: ¿hasta dónde llega esto?.
Hoy vemos a los hijos de la democracia que se atreven a tomar armas para asesinar a quien se ponga por delante, sin contemplaciones, sin pensar que sus disparos causan la muerte y no tan sólo para matar al otro sino que para morir también el que dispara. Mueren todos los que están a su alrededor y muere también nuestro pueblo. Democracia, permisiva, tolerante, libertina y bandera de lucha para tanto politiquero irresponsable. Derechos humanos sólo para algunos. Libertad confundida con libertinaje y el caos en sectores donde no existe el orden ni el respeto por los vecinos.
Los hijos de la democracia levantan banderas de luchas que desconocen, ideas dispersas que les llaman la atención rápidamente y que desean implantar en forma instantánea. Sólo han revisado wikipedia o la primera explicación que aparece en google, sin efectuar análisis profundos de los hechos históricos en todo su contexto y su adaptación o aplicabilidad en el mundo actual.
Giuseppe tomó su pistola y disparó, rápido y certero como en Medal of Honor, para eliminar a un supuesto enemigo. Eran sus hermanos de la misma generación, eran todos hijos de la democracia.
Estos hijos de la democracia que lo quieren todo y sin límites, que les han enseñado que tienen derechos pero no les han dicho que antes de todo eso, tienen obligaciones.
Estos hijos de la democracia que no saben escribir usando comas, tildes o reglas de ortografía, porque sólo saben presionar teclas, usando abreviaturas y ya no conocen el lápiz. Estos hijos de la democracia tienen en su inconsciente que la vida real es lo mismo que un juego on line, donde las vidas, las armas, las guerras, los vehículos, las ciudades, la familia son desechables e instantáneos, donde todo se reinicia y vuelve a normalidad.
Estos hijos de la democracia que viven en un mundo que los adultos les han entregado y del cual somos culpables. Este crimen nos indica que es hora de poner orden, de hacer funcionar las instituciones apegados a normas claras y nada de ambigüedades; es hora de enseñar deberes, obligaciones y los derechos inherentes del ser humano, como un premio que se debe cuidar para vivir en sociedad. Es hora de educar en los hogares, con el amor de un padre o una madre presentes, mas ocupados del ser que del tener. Es hora de repensar y replantear las luchas sociales, es hora de educar conforme a lo que hoy tenemos en el mundo. Es hora de decirle a los chilenos que la democracia es sólo un sistema de gobierno y no es obligatoriamente una bandera de lucha, que los derechos humanos son para todos y que nuestro país nos necesita a todos.
Giuseppe ira a la cárcel, Ezequiel y Diego al cementerio. Unos pocos los llorarán por un tiempo, otros demasiado vivos aprovecharán el momento politiquero para hacer politiquería y demagogia. Sus padres los llorarán toda la vida y nuestro país ha perdido a tres muchachos, tres hijos de la democracia.
He denominado como "hijos de la democracia" a las nuevas generaciones de personas que nacen en Chile. Mucho Ni-Ni, mucho Yo-Yo, mucho Ni-Ahí, mucho "tengo derecho" y tanto muchacho que no sabe para dónde va, pero se sube a un viaje que no conoce. Hace algunos años vimos cómo una niña de 14 años, criada en democracia, vació un jarrón de agua sobre la cabeza de la Ministra de Educación y de inmediato vino a mi mente la pregunta: ¿hasta dónde llega esto?.
Hoy vemos a los hijos de la democracia que se atreven a tomar armas para asesinar a quien se ponga por delante, sin contemplaciones, sin pensar que sus disparos causan la muerte y no tan sólo para matar al otro sino que para morir también el que dispara. Mueren todos los que están a su alrededor y muere también nuestro pueblo. Democracia, permisiva, tolerante, libertina y bandera de lucha para tanto politiquero irresponsable. Derechos humanos sólo para algunos. Libertad confundida con libertinaje y el caos en sectores donde no existe el orden ni el respeto por los vecinos.
Los hijos de la democracia levantan banderas de luchas que desconocen, ideas dispersas que les llaman la atención rápidamente y que desean implantar en forma instantánea. Sólo han revisado wikipedia o la primera explicación que aparece en google, sin efectuar análisis profundos de los hechos históricos en todo su contexto y su adaptación o aplicabilidad en el mundo actual.
Giuseppe tomó su pistola y disparó, rápido y certero como en Medal of Honor, para eliminar a un supuesto enemigo. Eran sus hermanos de la misma generación, eran todos hijos de la democracia.
Estos hijos de la democracia que lo quieren todo y sin límites, que les han enseñado que tienen derechos pero no les han dicho que antes de todo eso, tienen obligaciones.
Estos hijos de la democracia que no saben escribir usando comas, tildes o reglas de ortografía, porque sólo saben presionar teclas, usando abreviaturas y ya no conocen el lápiz. Estos hijos de la democracia tienen en su inconsciente que la vida real es lo mismo que un juego on line, donde las vidas, las armas, las guerras, los vehículos, las ciudades, la familia son desechables e instantáneos, donde todo se reinicia y vuelve a normalidad.
Estos hijos de la democracia que viven en un mundo que los adultos les han entregado y del cual somos culpables. Este crimen nos indica que es hora de poner orden, de hacer funcionar las instituciones apegados a normas claras y nada de ambigüedades; es hora de enseñar deberes, obligaciones y los derechos inherentes del ser humano, como un premio que se debe cuidar para vivir en sociedad. Es hora de educar en los hogares, con el amor de un padre o una madre presentes, mas ocupados del ser que del tener. Es hora de repensar y replantear las luchas sociales, es hora de educar conforme a lo que hoy tenemos en el mundo. Es hora de decirle a los chilenos que la democracia es sólo un sistema de gobierno y no es obligatoriamente una bandera de lucha, que los derechos humanos son para todos y que nuestro país nos necesita a todos.
Giuseppe ira a la cárcel, Ezequiel y Diego al cementerio. Unos pocos los llorarán por un tiempo, otros demasiado vivos aprovecharán el momento politiquero para hacer politiquería y demagogia. Sus padres los llorarán toda la vida y nuestro país ha perdido a tres muchachos, tres hijos de la democracia.
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