En el psiquiatra, amigos
¿Y cómo se conocieron?, les pregunté yo, con curiosidad.
Uno de ellos iba al liceo y el otro había abandonado el colegio. Llegaron a mi casa ese día, de paseo y a conversar. Los recibí con cariño y alegría, ya que siempre resulta grato recibir nuevos amigos, conocer nuevas historias y estilos de vida.
-En el psiquiatra, en las reuniones de Salud mental- Fue su respuesta. Me reí.
Sí, se conocieron en el psiquiatra y ambos acudían a terapias de grupo ya que los dos tuvieron intenciones de suicidio y depresión. Fueron derivados a Salud Mental de jóvenes y ahí les hacían reuniones donde ellos contaban sus vidas, relaciones familiares, experiencias personales y de la vida.
Así son algunos amigos, se conocen en el psiquiatra y hoy se ríen de esas experiencias. Yo me río de mis amigos, porque sus experiencias son únicas.
Al cumplir la mayoría de edad, fueron derivados a psiquiatría de adultos y tuvieron que acudir a otro psiquiatra. Se acabaron los llantos, relatos y actividades en un grupo de apoyo. Ahora debían enfrentarse a la vida de adultos y a la realidad, solos.
El psiquiatra lo hizo pasar en forma fría, leyendo una carpeta del paciente. Leyó que en la vida del paciente había un intento de suicidio y eso desencadenó su tratamiento en salud mental. Lo mira de frente y le dice:
-El que se quiere matar, lo hace de una vez y en forma certera. ¿Usted se quiere matar?, pues hágalo. Tengo demasiados pacientes que atender, con problemas reales. Gracias por venir.
Y hasta ahí llegaron los pacientes. Nunca más se quisieron suicidar y tampoco siguieron asistiendo a terapia. Dijeron que el psiquiatra era un "viejo antipático". Se autoproclamaron el "alta psiquiátrica" y adiós con la salud mental.
Así son los amigos del grupo psiquiátrico, se dieron el alta médica y no quisieron volver a ver al doctor.
MaLaGeNtE
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