Ranas y galgos, ¡aguante muchachos de octavo básico!

En octavo básico (primaria, para los extranjeros) los niños y niñas tienen trece años, aproximadamente. Justo la edad en que dieron el estirón, sus voces suenan con altibajos impresionantes, están repletos de espinillas, sus cuerpos segregan mucha grasa y el pelo parece sucio. Algunos se ponen demasiado hediondos, otros no tanto, pero el hedor se siente. Otros son muy altos, otros muy bajos, algunos demasiado gorditos y otros extremadamente delgados. Les salen bigotes y se ponen torpes en el actuar.

A esa edad egresan de la enseñanza básica y les hacen fiestas, regalos, paseos con la respectiva ceremonia de "graduación de Octavo" en el colegio.

Yo era apoderado de una niña en una escuela pública, de gente muy humilde y personas de esfuerzo en general. Desde la primera reunión del año comenzaron algunas mamás a preparar la fiesta y ceremonias del fin de año. Siempre ellas, las que hablan más, las que no dejan hablar al resto y que se toman el poder en las directivas.

Llegando a fin de año ya me tenían cansado con sus cuotas y sus preparativos, salieron con el tema de que querían hacer una fiesta "de gala" para los niños. Casi me voy de espaldas cuando escucho esas mamitas hablando de una "gala" para estos muchachos y pensé: ¿en qué realidad viven?. Las dejé seguir con sus planes para ver hasta dónde son capaces de planificar estupideces.

Hablaban de vestidos para sus niñas, trajes para los chicos, guantes, adornos y salones para arrendar. Paseos al lago, con familia y todo, comidas en un restaurante, arriendo de vehículos para trasladar a los muchachos y sus familias, valores estratosféricos según los datos de otras señoras y le piden informe a la tesorera sobre el saldo con que cuenta el curso para todas las ideas. La pobre señora tesorera saca su cuaderno y da una lastimosa cifra, muy inferior a los valores de los que están conversando.

Entonces la señora presidenta de los apoderados comienza a hablarles a todos y les exige los pagos de las cuotas que "están pendientes", que deben ponerse al día a la brevedad, para poder hacerles una "fiesta de gala como los niños lo merecen", según sus palabras.

Los apoderados más humildes se recogen y esconden en sus lugares, otros sólo miran a la ventana y no muestran reacciones, los más sencillos hacen comentarios con los que están a su alrededor y otros simplemente se levantan y dicen que deben retirarse. Nadie se opone.

La presidenta y la señora tesorera han dicho que se debe pagar ahora, con mayor vehemencia y comienzan a cobrar puesto por puesto las cuotas de los apoderados. Algunos simplemente no tienen dinero para pagar y con mucha vergüenza se lo dicen a la tesorera, pero se comprometen para fin de mes. Nadie se opone.

Veo escenas bastante groseras y me comienzo a molestar, porque al señor apoderado que se encuentra a mi lado le cobran sus cuotas con prepotencia, en forma despectiva y bajo amenazas de que su hijo no recibirá los beneficios del paseo y fiestas, que ya dan por hecho, porque nadie se opone. El señor que está a mi lado manifiesta que está sin trabajo, que no puede pagar las cuotas, pero la tesorera comienza a exigirle un compromiso de pago para fin de mes.

Ahí es cuando reviento con mis apreciaciones, como siempre un tanto grotesco y burlón. Levanto la mano y la señora presidenta me da la palabra, me pongo de pie:

Señora presidenta, con mucho respeto, ¿ustedes no se han dado cuenta de la realidad que tenemos en el curso?. ¡Sólo miremos los rostros, las ropas, los gestos y la forma de hablar! Somos personas sencillas, cada uno vive de un humilde trabajo que desarrolla día a día con harto esfuerzo. La señora de acá, tiene dos bebés que atender más el muchacho del curso. El caballero de ahí, es obrero de la construcción, aún trae su casco en las manos. La señora de allá tiene cinco pequeños, todos en distintas etapas escolares. El caballero que está a mi lado, está sin trabajo.

¿Nadie de ustedes ha mirado la realidad de nuestro curso? ¡Es una ofensa venir a hablar de galas, salones, comidas, vestidos, trajes y sastres en nuestra realidad!

Por lo demás, ¿ustedes han mirado a sus hijos? Con suerte bailan reggeton, algunos aún comen con las manos y mascan con la boca abierta. Los niños apenas están desarrollando sus cuerpos y no hay cómo ponerles el uniforme del colegio y ustedes pretenden meterlos en trajes de gala. JA!

¿No han mirado a algunas niñas que son morenitas, bajas, gordas y de ojos grandes? les falta el puro salto para parecer una rana. ¿O los muchachos que son muy altos y tan delgados que parecen perros galgos? ¿Cómo pretenden ponerle un vestido de gala a una niña baja, gordita y con el traste caído? ¿O un traje a un muchacho alto y delgado, donde los pantalones les quedan bien de cintura, pero cortos de piernas; ¿U otro del largo correcto pero les quedan muy anchos de cintura?. ¡por favor, miremos la realidad!

¿Les han preguntado a los muchachos qué cosa desean hacer al finalizar el año? ¡Nada!

Dejé la tremenda cagada con mis apreciaciones y la mayoría de los apoderados silenciosos me apoyaron. Ahí quedó por el piso la señora presidenta y sus exigencias, galas y vestidos.

A la semana siguiente se les preguntó a los muchachos sobre qué deseaban hacer a fin de año y la respuesta era demasiado sencilla: Paseo a un lugar con piscina y asado al aire libre.

Me hice cargo del paseo, pedí a 4 padres que me ayuden a coordinar y organizar el asunto, me conseguí un bus gratis con otro amigo. Fueron todos los muchachos, no se exigieron más cuotas y la fiesta de gala con sus trajes, comidas y toda esa basura se fueron a la cresta.

Los muchachos lo pasaron genial y jugaron como nunca, hicimos competencias en el césped y en el agua, jugamos a las naciones y carreras "de carretilla". Uno de los muchachos le dijo a mi sobrina: ¡tienes un papá a to'a raja! Yo quiero un papá así.

Tuvimos que escuchar reggeton todo el día.

MaLaGeNtE




Comentarios

Entradas populares de este blog

Curiosidades de Paine 3: Un metro cuadrado de cerveza.

Historia del Grupo Guías y Scouts Santa María Virgen de Paine

Curiosidades de Paine 1: Las localidades